PRIMAVERA XXXII. Cruz.

“Es necesario ver, pero también cerrar los ojos después de ver.”

José Mateos (Un mundo en miniatura)


Nunca me había parado a mirar ésta representación de la cruz. Su dimensión siempre me ha parecido una ostentación, casi una provocación. Las grandes dimensiones siempre me desbordan y me superan, me resultan toscas y sin ningún tipo de espiritualidad ni sensibilidad.


Y si me paro a pensarlo, ésta sería un ejemplo de lo que no me gusta. Quiero añadir que aunque no sea creyente, tengo un gran respeto a la figura de la cruz y a lo que significa, pero la dimensión puede hacerla hasta obscena, a pesar del correcto cálculo de dimensiones que Eusa haría en su día para impactarnos, seguro que con alguna intención concreta.


Pero no es menos cierto que hoy, esta imagen me ha captado como la luz de un faro, para dejarme ver algún otro aspecto: por ejemplo, su grandeza, y no me refiero a las medidas métricas sino a lo que respira.


Me asombro de la impresión que me está causando. La he visto muchas veces y siempre me ha comunicado sensaciones hostiles e inquietantes.


Y me pregunto si no soy capaz de gobernar mi mente y es ella, mi mente, la que me configura cada día y me pone en disposición de ver la misma cosa un día y otro pero de forma diferente.


Así, en medio de mi confusión, contemplo esta obra que siempre había visto como una creación arquitectónica, pero que hoy me parece algo más.


Siguen llegándome mensajes que me confunden, que me hacen ver solamente un signo de presunción, de la vanidad del arquitecto o del cumplimiento de un objetivo de demostración de poder, no puedo evitarlo.


Pero también veo la sombra de una llamada, un grito de agonía y un sacrificio ocultos en esa imagen, veo la imagen más universal para expresar la entrega total y cuando estos pensamientos fluyen en mi mente, me olvido del material, del ladrillo y el hormigón, del cristal, y solo percibo la necesidad de abrazar, de dar y de darme.


La conclusión es obvia: mi estado de ánimo, mis circunstancias, cambian la percepción de lo que veo.


Misterio del misterio, dolor y belleza, duda y pregunta.


Pamplona, junio de 2018.

Isidoro Parra.


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