VERANO XIII. Silencio.


“No busques más lo que tienes delante.”

José Antonio Muñoz Rojas (Objetos perdidos)



Cuando camino cada día a lo largo de las sendas verdes que pueblan Pamplona es cierto que mi mirada busca el destello, lo diferente; es una necesidad que a veces ocupa demasiado espacio en mi atención. Esa afición me llevará algún día a dar con mi cuerpo en el suelo, porque siempre hay una raíz que sale inesperadamente a la superficie, o ese fallo del asfalto o ese escalón disimulado que me puede hacer perder el equilibrio.


Cerca del puente de la Magdalena, por donde paso habitualmente, siempre me llama la atención este espacio que respira su vacío.


No sé si es antiguo o más reciente o es fruto de diferentes tiempos. En cualquier caso parecen los restos de algo que habitó sobre estas losas y el espacio hueco que lo sobrevuela se siente; se echa en falta su duende como una carencia que pide a gritos un testimonio.


Sobre las losas, apenas quedan los restos de los pies de unas columnas cercenadas a pocos centímetros de su base rectangular.


La humedad de la mañana habita la superficie de la piedra. El musgo y los líquenes hacen su aparición y pretenden quedarse a morar en su superficie.


Empiezo a hacerme preguntas sobre lo que fue y ya no es, sobre lo que se vivió en ese espacio, pero es inútil. Mi ignorancia no me incita a buscar en hemerotecas ni en viejos archivos. Como diría el poeta, no es el mío ese tiempo (Gil de Biedma). 


Me basta con escuchar el vacío, con mirar el espacio que deja el aire que lo habita.


Es un remanso de paz para sonreír y para que la nostalgia de tiempos pasados nos inunde, pero sobre todo es silencio, silencio para el recogimiento, para sentir el vuelo de las hojas, para que la luz te llegue tamizada por las ramas de los árboles.


El espacio está protegido por esos árboles que le hacen de telón de fondo de escenario, abriéndose a los caminantes. ¿Se detendrá algún peregrino del Camino a descansar cuando pase por este lugar?  ¿Será una imagen que se lleven en la retina a su lugar de origen?


Esa fuente verde, del color del mobiliario de los jardines de Pamplona, es un incentivo más para detenerse y ver las bellas huellas del paso del tiempo.


Pamplona, agosto de 2018.

Isidoro Parra.


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