OTOÑO IV. Luz y sombras.


“El negro es el relámpago de un sable de ceremonia, una decapitación que abre el baile de las luces.”

Christian Bobin (El hombre alegría)


La luz y las sombras, el día y la noche, lo que se une en la diferencia, la armonía no perseguida pero alcanzada de forma natural, lo que respira desde los colores apagados, neutros, todo lo que es visible en tu interior. Estas son algunas de las cosas que me llaman más la atención, que despiertan en mi la necesidad de pensar, de entender, de disfrutar y de sonreír.


Hoy, desde mi querido banco de madera, siempre verde, contemplo el juego de la luz de otoño sobre las ramas casi desnudas de los árboles y su reflejo en el suelo de este paseo, el movimiento de las sombras sobre la luz blanca que me ciega.


Agradezco la sombra, sus formas, sus preguntas sugerentes, algunas inquietantes, su intento de abrazar el mayor espacio posible, de llegar a mí y enlazarse en mis pies. En estos momentos, la incertidumbre del misterio pierde importancia a favor de la aceptación de lo ignoto, de lo indescifrable.


Pero no me siento invadido, lo veo como un ofrecimiento, con límites para explorar, con espacios para hacer volar la imaginación, para entender un mensaje.


El viento suave mueve las ramas y siento que me habla en susurros, contándome un secreto, dándome el espacio donde sujetar mis pensamientos.


  Y quiero hacer mío ese espacio, llevármelo a mi casa para explorarlo con detalle, para dibujar negro sobre blanco mis ilusiones pero, poco a poco, me doy cuenta que este misterio lo es donde ha nacido, no es objeto de traslado, ni de compra ni de venta; es él donde está y sólo vive sobre este suelo, en este momento, con este sol y estas ramas que se mueven para crear el discurso.


Renuncio a cualquier intento de apropiación para dejar a salvo la belleza porque sé que mañana volveré y estará ahí, esperándome con otros colores, otros matices, otra intensidad y otros mensajes, para contarme otras historias, para hacerme otras preguntas y para asegurarme que su libertad es la fuente con la que me alimento.


Gracias.


Pamplona, octubre de 2018.

Isidoro Parra.


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