CADA MENTE ES UN SUEÑO DE SÍ MISMA
CADA MENTE ES UN SUEÑO DE SÍ MISMA
El mundo es un recuerdo longevo que renace
para ser el testigo de una nueva tormenta.
Cada trueno contiene
la señal primeriza de que amaina.
Hay un niño asombrado de rodillas gastadas
dentro de todo hombre que ama a una mujer.
Ambas voces convergen en instante presente.
Grave y aguda. Las sombras tienen sombra.
Cuando todo lo que pudimos ver e haya esfumado,
cuando no haya notarios que nos certifiquen
ni salmos que acomoden su fe a las circunstancias,
cuando solo seamos
un soplo sigiloso en mitad del olvido,
entonces, ya despiertos,
quizá comenzaremos a percibir lo nítido.
Igual que cada ser
se encuentra contenido en el amor
que lo alumbra y le da su figura terrena,
así nos contenemos dentro de nuestro sueño
sin poder distinguir a ciencia cierta
si somos la vigilia o el letargo.
Del poemario “Las pequeñas espinas son pequeñas”,
de Raquel Lanseros.
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