CARTA ABIERTA Nº 3 A LOUISE GLUCK.


Buenas noches, Louise,


Acabo de leer el último poemario tuyo que se ha publicado en España, “Recetas invernales de la comunidad”.


Es un poemario que refleja el alud de experiencias vividas. No en vano, está escrito cuando ya podías ver la cercanía de tus ochenta, tiempo suficiente como para hablar con la serenidad de la distancia y el agradecimiento por lo vivido.


Muchos de tus poemas lo son de compañía y no de soledad, Louise, Hablas de la caricia, del roce de las manos, de la presencia de quien te acompaña, de acompasar las respiraciones y las presencias.


Hablas del viaje de la vida, de lo que dejamos atrás y de lo que, aunque distinto, volvemos a encontrar.


Hablas del tiempo en horizontal, discurriendo sobre la delgada línea de la vida, y hablas de ese mismo tiempo en recorrido circular, dando vueltas sobre nuestra historia personal.


Tu poema que da título al libro es un inventario de vivencias en las que detenerse y buscarse, porque tu poesía, como toda la buena poesía, habla de ti pero también lo hace de nosotros.


Miras y hablas de los árboles como reos del mundo, víctimas de cada uno de nosotros, desahuciados de los afectos, pero con tu mirada atenta para acudir en su auxilio.


Hablas del amor, del que buscamos y encontramos, del que, a pesar de tenerlo a nuestro lado, volvemos a buscar, como animales insensibles, insensatos.


Hablas de los que están a punto de irse, de los que consigues retener con tus palabras. 


Hablas de mucha vida, Louise.


Gracias por llegar hasta nosotros.


Hasta pronto.


Pamplona, febrero de 2022.

Isidoro Parra.



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