CARTA ABIERTA Nº 1 A JOSÉ ANTONIO BLANCO.


Puro placer, José Antonio, puro placer.


Eso es lo que he sentido y vivido esta mañana, leyendo tu poemario “Dermatológicas” mientras paseaba por las orillas del rio Oria.


Ese poemario, con el que ganaste en 1985 el premio de poesía NERVIÓN, lleva en mi biblioteca desde el año en que se publicó, hace más de treinta años.


Eran los años en los que yo me empeñaba en buscar lo diferente, en calmar una ansiedad cuyo origen desconocía y es posible que todavía desconozca.


Auzolan, una de las librerías de Pamplona por la que dejaba caer mis huesos de vez en cuando, llenó parte de mis horas con las publicaciones de poesía que editaba Pamiela.


Desde entonces, lo he leído en varias ocasiones, pero creo que es la vez en que más lo he disfrutado.


Por eso, creo que con la literatura, y más con la poesía, hay una relación delicada entre la intencionalidad y habilidad del escritor, el propio texto, el lector y su momento. 


Aunque he descubierto algún poema señalado en una de mis lecturas anteriores que me ha seguido tocando la piel, he descubierto nuevos relatos, nuevas sensaciones, mensajes tuyos o mensajes perdidos que me han salido al paso y me han encontrado en el camino.


Esa conjunción surge pocas veces y cuando lo hace hay que aprovecharla y disfrutarla. La vida da las oportunidades que da y hay que vivirlas.


Así, me he detenido en tus personajes de Ulises y Penélope, en Itaca, en sus devaneos, en sus infidelidades, en el juego del amor.


En un poemario, siempre te identificas con algún poema concreto. 


En este caso, yo lo he hecho con algunos, por ejemplo con “Como buenos amigos”, en el que has dialogado con tu cuerpo y nos has contado una pequeña historia de guiños y engaños en la que los dos, tu cuerpo y tu habéis salido ganadores.


He posado una y otra vez mis ojos en “Imposibilia”, sintiendo cada verso, haciéndolos míos, reconociéndolos, dejándolos reposar en el paisaje de mi propia vida.


Leyendo tu poema “VII” del ciclo de Itaca, me ha parecido que ese segundo verso encajaba con mi estado de ánimo actual:


“tan sólo quienes aman encontrarán descanso.”


Para no extenderme y resultar repetitivo, quiero despedirme con tu “Tópico de la conclusión”, un abandono que quiere ser descanso. Espero que lo hayas logrado.


Gracias, José Antonio, por esta vivencia.


Pamplona, octubre de 2022

Isidoro Parra. 

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