ENIGMAS. ARCOS PARA EL TIEMPO Y LA BELLEZA

ARCOS PARA EL TIEMPO Y LA BELLEZA 




Quien intente acercarse a su propio pasado sepultado tiene que comportarse como un hombre que excava.

Walter Benjamín: Excavar y recordar.


Acuarela: José Zamarbide


Arcos que son puertas para la grandeza, puentes para perpetuar la gesta del conocimiento y el pasado de nuestros antepasados en este año de 2010.


Augusta Emerita -hoy Mérida-, importante y antigua ciudad romana, erigida a partir del siglo I antes de Cristo y capital de la provincia de Lusitania, acoge este Museo Nacional de Arte Romano. Frente a los restos del antiguo anfiteatro, cuyas arcadas de entrada inspiran este edificio, se alzan estos nuevos arcos que se hinchan hacia el firmamento como una plegaria hecha luz.


Desde el siglo I A.C. hasta 1986, fecha de la inauguración de esta hermosa arquitectura, se ha tendido un puente para unir lugares, tiempo y arte, dejando el camino dispuesto para que las generaciones próximas no pierdan el conocimiento heredado.


Mi mirada se queda atrapada en el espacio y en la luz que crean estos arcos, en cuyos costados descansan los restos de la historia.


Creo que el objetivo del arquitecto -crear un rincón que recuerde a Roma- está más que cumplido. Si en la antigüedad se utilizaban estas estructuras para celebrar conquistas y éxitos, hoy celebran el arte de la piedra antigua, del mosaico minucioso, del ánfora delicada y del sepulcro mudo.


La moneda ambiciosa, el busto arrogante, el escorzo amable del mármol desnudo y la columna recta comparten territorio con el friso elaborado, el inquietante cristal de los perfumes y los venenos.


La imagen que me brindan estas puertas abiertas tiene el poderío de lo sencillo, de lo elevado sobre el aire, casi suspendido bajo la luz que llena el vacío iluminando las reliquias de aquél pasado grandioso.


Claraboyas sobre la nave central inundan y juegan con esos finos ladrillos que son la piel de estas paredes y la identidad de esta obra.


Pocas veces la uniformidad y la diversidad se han conjugado de forma tan armoniosa para alejar la monotonía de estas superficies que elevan mi espíritu hacia la ingravidez.


Parece que una fórmula matemática, abstracta, creada por una mente brillante, ha conseguido aunar materiales, luz y vacíos en un equilibrio sostenido por el tiempo.


En este prodigio del arte flotan los pensamientos y las ideas, los recuerdos y los propósitos, el atractivo de lo intemporal unido al canal abierto entre puertas.


Y como testigo de este equilibrio en el tiempo, esa columna aislada, arrogante y paciente, legado del pasado que habla de otro mundo, de otras formas, de otra belleza.


Todo lo que me rodea me invita a excavar y excavar para acercar el conocimiento desde el pasado hasta mi propio presente.


Comentarios

Entradas populares