RINCÓN DE LECTURAS. ELOGIO DE LAS MANOS

 


ELOGIO DE LAS MANOS, de Jesús Carrasco


Otros libros anteriores de Jesús Carrasco ya me habían llegado muy adentro. El primero de ellos, Intemperie, me colgó del autor para muchos libros posteriores.


Esta última obra publicada vuelve a ser impresionante, delicada y profunda.


Es el relato de una experiencia real del autor alrededor de las vivencias que durante unos años, junto a su mujer, sus hijas y diversos familiares y amigos, tuvo al habitar una casa abandonada en las afueras de un pueblo del sur.


Desde el principio, los “ocupas autorizados” saben que el futuro de la casa es su demolición, pero eso no les impide dedicar horas, medios e ilusión a mejorarla, pintarla, llenarla de objetos personales y vivir muchos momentos diferentes.


Los que tenemos la suerte de tener casa en un pueblo pequeño sabemos lo que es el encuentro y convivencia con los lugareños que se sienten naturales del espacio. Por eso, el relato de los perfiles y los encuentros con los vecinos son especialmente ricos en matices, en normalidades y en alguna singularidad.


Otro gran tema, que parece ser el objetivo del autor, es el trabajo con las manos, las manos al fin. Con el relato de los trabajos manuales, el autor no parece pretender otra cosa que dar testimonio de la sencilla importancia de esas labores, su utilidad, pero lo enlaza con su padre y las labores de éste, lo enlaza con los cambios y las vivencias en la casa. Hay reflexiones realmente profundas sobre la importancia de no dejar lejos de tu vida las manos y las posibilidades de hacer cosas útiles con ellas. 


A pesar de todo ello, en mi opinión, lo que pone las perlas de belleza y de profunda experiencia de vida son los comentarios y reflexiones personales que, en base a lo que va diciendo sobre la casa, el autor va dejándonos para que dejemos de leer un momento y reflexionemos. Un ejemplo:  “Cuidar, en definitiva, es una forma trabajosa, necesaria y digna de estar en el mundo.”


Gracias Jesús, por esta acumulación de belleza y de vida.


Isidoro Parra

Pamplona, julio de 2024.

 

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