INVIERNO XV. Mapa húmedo



“Hace ya mucho tiempo que llegué a mi futuro.

Hace ya mucho tiempo

que mi tiempo se escribe con el mismo

color que el de una niebla.”

Felipe Benitez Reyes (Ya la sombra: Gama cromática).


Hoy no ha sido necesario caminar muy lejos para encontrarme con la sorpresa de este mapa húmedo, lleno de señales ambiguas e imprecisas, pero bellas como una herida en el tiempo.


En el parque que habita el horizonte de mi casa, en Pamplona, puedo encontrarme cada día con una sorpresa. Como es obvio, esas señales no se crean nuevas cada día. Son mis ojos los que no han sabido verlas antes.


La lentitud en el caminar también tiene sus ventajas. Es más que probable que éstas mismas señales estuvieran aquí ayer, la semana pasada y hace ya unos meses, pero las he pasado por alto, he caminado demasiado deprisa junto a ellas.


Hoy, en esta mañana lluviosa en la que hay que sortear los charcos de agua que la lluvia ha acumulado en los caminos, me ha llegado la luz de estos verdes sobre el oscuro tronco.


La invasión del musgo y de los líquenes sobre la corteza se hace con suavidad, sin agresiones, acariciando su piel en cada curva, en cada isla nueva que brota de sus grietas.


No sé si esas señales son trocitos de planetas que caen de la bóveda del universo cada noche, pero tampoco me importa; tampoco sé si son pedazos de islas tropicales que han volado hasta aquí para componer esta sinfonía y este alarde de belleza, pero yo me puedo quedar mirándolo, ahora que lo he descubierto, sin notar el viento que cierra y quiere arrastrar mi paraguas. Nada me puede apartar de este descubrimiento, de esta gozosa cercanía a este pequeño milagro de la naturaleza.


Ahora que mis ojos te han descubierto, me detendré cada mañana a observar tu crecimiento, a intentar entender tu misterio y, si puedo y nadie me observa, a acariciar tu piel húmeda a la sombra y al amparo de este viejo tronco negro.


Pamplona, febrero de 2019

Isidoro Parra



Comentarios

Entradas populares