CAMINO A SANTIAGO. CAMINO AL INTERIOR. Prólogo

CON ESTA ENTRADA, INICIO LA PUBLICACIÓN EN EL BLOG DEL LIBRO EN EL QUE RELATO LA EXPERIENCIA VIVIDA EN EL AÑO 2017, RECORRIENDO EL CAMINO QUE SEPARA MI CASA DE SANTIAGO DE COMPOSTELA.


ES POSIBLE QUE CONTENGA ERRORES DE REDACCIÓN, PERO NO HE TOCADO NADA. HE PREFERIDO DARLO A LEER TAL Y COMO LO ESCRIBÍ UNOS MESES DESPUÉS DE CONCLUIR ESA EXPERIENCIA CUYOS ECOS TODAVÍA CAMINAN POR MI MENTE.


PRÓLOGO


Este es un diario de mi experiencia del Camino de Santiago.


Lo he escrito porque necesitaba hacerlo para dar algo de forma perdurable a lo que he sentido en esta experiencia. No pretende ser una obra literario en ningún sentido. Es un ejercicio de intentar contar lo vivido y de profundizar un poco en mí mismo.


Para su elaboración me he basado en el diario que escribí día a día, mientras recorría a pie los casi ochocientos kilómetros que separan mi casa, en Pamplona, de Santiago de Compostela, durante parte de septiembre y parte de octubre de 2017.


Sobre lo escrito en ese diario, he repasado cada día, ampliando el contenido de lo que ya constaba en el diario para no dejar mucho sin contar, profundizando en reflexiones y pensamientos sobre mí, sobre mi vida y sobre las personas que me han acompañado.


Creo que es verdad lo que digo al final sobre el hecho de que este viaje no lo he hecho solo. Me he sentido acompañado por todas las personas que me han enviado sus mensajes personales cada día.


Al reescribir cada uno de los días, me he apoyado también en las fotografías de mi cámara y de mi teléfono que me han ayudado a añadir cosas nuevas que me había dejado de anotar en el diario a mano y también para enriquecer de colores, paisajes y detalles cada una de las etapas.


Por último, he añadido algún dibujo que incorporé al Diario a mano y que, tal vez, hubiera sido mejor dejarlos fuera. Nunca he sido un buen dibujante y esta es la muestra.


He incorporado algunos textos de lecturas que me han acompañado en el Camino porque creo que sus textos han formado una parte importante de mi experiencia y no quiero que el paso del tiempo me haga olvidarlos.


Por último, he incorporado la joya de este diario: las acuarelas que José Zamarbide, un amigo del alma, sin que yo lo supiera, me había ido haciendo de las fotografías que enviaba diariamente. Estas acuarelas no solamente explican algunos textos mejor que el contenido en palabras, sino que le dan una solidez al Diario que me permite aceptar que en sus textos hay bastante de verdad.


Además de ser un regalo, son buenas. Gracias, José, por los dibujos y por tu amistad.


Pamplona, febrero de 2018.


Comentarios

Entradas populares