RINCON DE LECTURAS II. EL REENCUENTRO.
EL REENCUENTRO y UN ALMA VALEROSA, de Fred Uhlman.
- EL AUTOR:
El autor, Fred Uhlman, de origen judío, nace en Stuttgart, Alemania, en 1901 y muere en Londres, en 1985. Estudió y ejerció como abogado en Alemania hasta que en 1933 se ve obligado a dejar el país, perseguido por el régimen nazi.
Pasa a Francia donde, para vivir, se dedica a la pintura y otros negocios. Fue un buen pintor pero alcanzó su fama como escritor.
En 1936, estando en España, conoce a Diana, su mujer inglesa. En 1938, después de contraer matrimonio, se trasladan a Inglaterra.
Fundó la Liga Libre para la cultura, para ayudar a artistas y científicos exiliados de Alemania, motivo por el cual se le consideró sospechoso de ser espía y, durante seis meses estuvo recluido en un campo de prisioneros.
A la citada Liga perteneció, entre otros, Stephan Zweig.
B) OBRA:
Escribió tres novelas:
-Reencuentro.
-Un alma valerosa.
-El retorno.
Y una autobiografia:
-Brilla el sol en París.
La que le dio fama mundial fue El Reencuentro, que fue prologada por Arthur Koestler.
C) EL REENCUENTRO y UN ALMA VALEROSA.
“El reencuentro” es una novela no autobiográfica, narrada en primera persona, con la voz de Hans Schwarz, el niño judío, de una familia acomodada, que estudia en el Karl Alexander Gymnasiun, de Stuttgart, y que a los dieciséis años, conoce a un nuevo alumno, Konradin von Hohenfels.
El autor entra en el que será el tema del libro en el primer capítulo, con la llegada a clase de Konradin.
El reencuentro es un canto a la vivencia de la amistad en la adolescencia, a una amistad cuya potencia impide que pase sin más por sus vidas.
Hans, de naturaleza retraído, no toma un contacto directo de forma inmediata con Konradin que, pese a su origen noble, tampoco concede su amistad a otros compañeros que intentan acercarse a él.
Poco a poco, con timidez al principio y con intensidad desmedida después, se van relacionando hasta hacer de su amistad el motivo que les permite estar alegres o tristes, sentirse orgullosos o decepcionados.
Su amistad, tan intensa como pura, sortea las dificultades que les plantea la sociedad y la amenaza incipiente del nazismo. Al menos, Hans, es capaz de imponerse a su entorno, a sus compañeros, a la sociedad en la que vive y supera barreras para vivir esa amistas.
No ocurre lo mismo con Konradin, si bien es cierto que sus limitaciones tienen un mayor calado que las de Hans: el carácter aristocrático de su familia, la rigidez y pensamiento nacional socialista de su madre, la educación recibida y su conocimiento y asunción de todas esas limitaciones, le impiden vivir su amistad con Hans con la misma trasparencia y rotundidad que lo hace su amigo.
El capítulo del libro en el que Hans narra el encuentro con Konradin y su familia en el teatro es, en mi opinión, uno de los mejor narrados y que pone de manifiesto las diferencias que impregnan su relación. Creo que Hans no puedo disfrutar de “Fidelio”.
Otra de las escenas más desgarradoras y tristes del libro es la salida de Hans del Gymnasiun, después de la pelea con Bollacher, creyendo que Konradin estaría esperándole y se encuentra la calle vacía. Esta pelea y la escapada de Konradin son el inicio de su separación.
Ullman va desgranando las diferencias entre ambos, las lecturas previas de cada uno, la importancia de sus colecciones arqueológicas griegas y romanas, las casas en las que viven.
La relación se queda salvada, en este primer libro, con la carta que le envía Konradin a Hans, al conocer la partida de éste a Estados Unidos.
Todo el libro respira intensidad, provoca deseos de seguir leyendo. Podemos imaginar muchos y diferentes finales, pero el conductor nos lleva a un mundo de lógica en el contexto histórico en el que se produce la relación. Triste, pero lógica.
Una recomendación de lectura imprescindible.
Si hablamos ahora de la segunda parte, “Un alma valerosa”, tengo que confesar que me ha defraudado un poco. Para mí, aporta poco a lo descrito en la primera parte.
Salvo el hecho de estar prisionero y condenado a muerte por su participación en el intento de asesinato de Hitler, Konradin no aporta nada que no nos pudiéramos haber imaginado leyendo “El reencuentro”.
La novela no tiene la intensidad dramática ni la belleza de su antecedente. Le falta el alma de la primera.
Fue publicada en 1996, de forma póstuma.
En algún texto he leído que algunos críticos opinan que no es una obra escrita por el mismo autor, que dado el éxito de El reencuentro, fue un encargo que los editores hicieron a otro escritor. Desconozco si puede venir de ahí, la diferencia de fuerza y enganche entre ambas.
En 1997 se publicó “El retorno”, del que algunos hablan como tercera novela de la trilogía.
Pamplona, febrero de 2022
Isidoro Parra.
Algunos enlaces sobre críticas a estos libros:
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiHgMOjjfP1AhVox4UKHVYZAZ04ChAWegQIBRAB&url=https%3A%2F%2Fellectorespectador.wordpress.com%2F2012%2F02%2F23%2Fresena-sobre-el-libro-reencuentro-de-fred-uhlman-por-antonio-herrero-1o-de-bach-a%2F&usg=AOvVaw0KLq48s6uG4heyh04niOfc
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