CARTA ABIERTA Nº 8 A KARMELO C. IRIBARREN.


Buenos días, Karmelo.


Anoche acabé de leer tu poemario “Otra ciudad, otra vida”. Si tuviera que buscar una palabra para resumirlo, tendría que escribir “más negro”, “más oscuro”.


En los primeros poemas ya me has vencido y el desánimo ha llamado a mi puerta, pero tus palabras, su colocación, su uso, deben encerrar un veneno de adicción, porque la realidad es que no he podido dejarlo hasta acabarlo.


Me he detenido un momento en tu poema “Perplejidad” y tengo que decirte que no acabo de tener clara tu conclusión o, más bien, debería decir que no estoy de acuerdo con ella totalmente. No todo el mundo que parece apresurado para llegar a algún lugar, a un presunto acontecimiento, sabe a dónde va. Creo que están tan perdidos como cualquiera de nosotros. Lo más probable es que el acontecimiento no suceda o se suspenda o, también puede ser, que estén huyendo sin saber de quién ni de qué y, mucho menos, sepan su destino.


Me he sonreído varias veces al leer tu poema “Cosas de poetas”. No creo, Karmelo, que te haga falta que nadie te recuerde tu pasado y lo que, en aquel momento, pensabas de tu futuro, pero no pierdes oportunidad para poner tus notas de humor ácido.


Me gustan tus poemas de la lluvia:


“Sin estridencias, 

blanda, 

suavemente, 


como un suicidio 

unánime 

de gotas, 


cae la lluvia 

entre la luz 

de las farolas…”


No hace falta decir nada más. Esa experiencia, al leer tus poemas de lluvia, se renueva en “Sentirlo todo de todas las maneras”. 


Al leer tu poema “Eslóganes” no solamente me he sonreído, he visto un retazo de posibilidades. Deberías escribir haikus o aforismos. Ese deseo se ha visto renovado cuanto he leído el poema “La vida sigue”.


Tu poema “Tras una lectura de poemas” me ha removido. Tampoco estoy seguro de querer recuperar algunos pasados, aunque me gustaría hacerlo para ver la dimensión real del problema.


Creo que puedo identificar ese sol lánguido de invierno sobre cualquier fachada. A mí me gusta.


Cuando he acabado de leer tu poema “Estrategias contra la soledad”, han llegado a mis oídos o a mi memoria, algunas canciones de “Los Secretos”. No me extrañaría que estuvieras escuchándolas cuando escribías este poema.


Y así, descansando mi mirada en tus poemas, ha llegado el sueño.


Gracias y hasta pronto, Karmelo.


Pamplona, octubre de 2021.

Isidoro Parra.


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