ENIGMAS. UNA PUERTA DEMASIADO ALTA.

UNA PUERTA DEMASIADO ALTA

 


Llévate lo que quieras.

Me quedaré con lo que pueda.


El aire está en todas partes

y no pesa.

Luce de Perón (Poemas)


Acuarela: José Zamarbide.




A Pilar Seguín, in memorian de Iñaki.


Las nubes, en silencio, se mueven para dibujar una puerta que da paso a la eternidad.


Por el vano que se abre cuando las hebras de algodón se destrenzan, asoma imponente, altivo, ese espolón de piedra y nieve que, impasible ante mi mirada y con su autoestima intacta, me desafía con la serenidad que le da su fuerza.


Lo miro, lo pienso y me detengo, frente a él, mirándolo, todo el tiempo que me ofrece esa puerta abierta. De tanto mirar, ahora lo veo como una invitación ajena a cualquier reto, como una ofrenda que no sé si podré aceptar con serenidad. De momento, me provoca ansiedad por atravesar el umbral, curiosidad por ver lo que atesora tras ese etéreo vano.


¿Es una trampa para los sentidos o es el bálsamo necesario para todas las heridas?


A mí, tanta grandeza me impone, me hace sentirme pequeño, muy pequeño. Por eso, siento admiración por aquellos que han sentido y sienten la llamada que inflama su pecho tanto como para intentar fundirse en esas tierras altas, esas sábanas frías que atraen y hacen olvidar el miedo.


Vuelve a mi pensamiento ese frío y doliente desafío; frío porque le cuesta hablarme o, tal vez, porque yo no soy capaz de entender su mensaje; doliente porque sé que algunos no han vuelto o tal vez deba decir que no ha vuelto su cuerpo, pero sí lo ha hecho su alma, regalando sonrisas sobre nosotros.


Me imagino y recreo un pensamiento que podría ser así o completamente diferente. Lo cierto es que nunca lo sabré con seguridad, aunque no es menos cierto que esa inseguridad y falta de certezas me hacen crecer y provocan que mi pensamiento vuele, crezca, se detenga y acelere, se enriquezca y se agote, como la vida.


Prefiero imaginar que la historia de Iñaki fue una historia de un amor prolongado, tenaz, casi obsesivo, como son los grandes amores; un amor que, como todo sentimiento verdadero, no se protege, no asegura el mañana, pero vive el presente con la intensidad de las llamas vivaces, las que devoran con su luz cualquier vida que se les ponga por delante.


En mi mente, recreo también el silencio profundo, solamente roto por los vientos que silban como cuchillos asesinos; el silencio también de las frescas noches de verano, con el manto de estrellas más mágico que la propia magia; ese silencio en el que se funde el cuerpo del amante y el lecho de la amada, la roca, la nieve y el cuerpo; un silencio en el que se hace preciso no hablar para no romper el sortilegio de encontrarte en comunión con tus sueños.


Pienso en el momento del abrazo, en el que ambos se dejan querer, se abandonan sabiendo que no hay retorno, sabiendo que la montaña le acoge en su seno, donde él quería estar.


Mi mente vuela a su casa, el lugar donde habitan los que siempre serán suyos, aquellos de los que siempre será.


Comentarios

  1. "Vi una estrella fugaz esta noche
    Y pensé en ti
    Tratabas de abrirte paso a otro mundo
    Un mundo que yo nunca conocí
    Siempre me he preguntado
    Si lo conseguiste
    Vi una estrella fugaz esta noche
    Y pensé en ti."
    Bob Dylan

    Muchas gracias Isidoro.

    ResponderEliminar
  2. Pilar, poco que añadir a Bob Dylan y a la poesía. La mirada más viva es la tuya.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares