RINCÓN DE LECTURAS. PROHIBIDO MORIR AQUÍ.
PROHIBIDO MORIR AQUÍ, de Elizabeth Taylor.
He iniciado la lectura de esta novela con cierto escepticismo, como consecuencia del tema que desarrolla: la convivencia de la Sra. Palfrey, viuda, enfrentada a su propia edad y a otros hombres y mujeres de su misma situación en un hotel, el Claremont, un tema que no presuponía mucha novedad o mucha acción, dos de los temas que más arrastran a los lectores.
Poco a poco, me he ido sumergiendo en sus páginas, sin necesidad de vivir nada excepcional o que no pudiera intuirse, lo que quiere decir que el poder de atracción habrá que buscarlo en la propia escritura, en la maestría del tratamiento del discurrir del tiempo, en la aceptación y el aferramiento a las pocas experiencias que te quedan por vivir a una edad determinada, aceptación que te permite salir honroso de cualquier comparación.
De hecho, los personajes, como el Sr. Osmond, que pretenden ser o llegar más allá de lo que son, no dejan de hacer el ridículo.
Tiene también el atractivo de que la acción discurre en un espacio de tiempo no muy extenso, sin que podamos precisar cuan largo es el escenario de la acción.
Podríamos decir que es un libro que habla de la realidad a la que nos vemos abocados, pero también podríamos decir que es un libro que habla de la dignidad, sin poder dejar a un lado el hecho de ser una historia que también habla de la capacidad de generar ilusiones a cualquier edad.
Todo lo que aparece escrito suena a necesario, nada se repite a pesar de las dimensiones territoriales de la acción.
Por otra parte, la descripción del propio hotel y de la ciudad de Londres, aportan un color y una sensación que acompaña a la perfección a la historia.
Por último, otro acierto de la novela, es la caracterización tan concreta y acertada de los personajes, de los jóvenes y de los mayores.
Un mosaico de vivencias para relajarse y pensar.
Isidoro Parra
Pamplona, octubre de 2025



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