QUE VENGA LA NOCHE
QUE VENGA LA NOCHE
QUE la luz del atardecer
brille por las grietas del establo, que ascienda
por los fardos de heno a medida que el sol baja.
Que el grillo comience su rasgueo
igual que una mujer sus labores de aguja
y estambre. Que venga la noche.
Que el rocío se acumule en la azada abandonada
en la hierba crecida. Que aparezcan las estrellas
y la luna descubra su cuerno de plata.
Que el zorro retorne a su guarida arenosa.
Que amaine el viento. Que oscurezca
dentro del cobertizo. Que venga la noche.
A la botella en la zanja, a la pala
en la avena, al aire en el pulmón,
que venga la noche.
Que venga, como sea, y no
temas. Dios no nos deja
sin consuelo, que venga la noche.
Poema de Jane Kenyon,
de su poemario “Que venga la noche”.
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