EL HERIDO (II)

EL HERIDO (II)


Para la libertad sangro, lucho, pervivo, 

para la libertad, mis ojos y mis manos, 

como un árbol carnal, generoso y cautivo, 

doy a los cirujanos.


Para la libertad siento más corazones 

que arenas en mi pecho; dan espumas mis venas, 

y entro en los hospitales y entro en los algodones 

como en las azucenas.


Para la libertad me desprendo a balazos 

de los que han revolcado su estatua por el lodo.

Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, 

de mi casa, de todo.


Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, 

ella pondrá dos piedras de futura mirada 

y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan 

en la carne talada.


Retoñarán aladas de savia sin otoño 

reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.

Porque soy como el árbol talados, que retoño:

porque aún tengo la vida.



Poema de Miguel Hernández

de su poemario “El hombre acecha”.

 

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