SIN TÍTULO (III)

SIN TÍTULO (III)


La  nada es el fruto de mi 

constante meditación.

OMAR JAYYAM


¿CÓMO podré pagarte 

que me hayas hecho ver 

la irrealidad de todo, 

la vanidad de todo?

¿Cuanto daría yo 

por oír en tu voz 

que la nada es el fruto

de tu meditación, 

que después de la muerte 

hay la nada 

o la misericordia?

Tus palabras me llegan 

con sabor a tu voz 

y me parece verte 

con un vaso en la mano, 

que levantas 

hacia ese firmamento 

resultado tan sólo 

de la imaginación. 

Si es que eres tú, Omar,

arráncame una a una 

las certezas.

Que quiere tan desnudo 

como las claras dunas 

del desierto.

Omar Jayyam, brindemos, 

porque aunque todo sea 

viento, espejismo, sueño, 

quiero seguir oyendo 

tus palabras, 

contemplar tu figura 

de apagada ceniza 

y beber en silencio 

el vino de tu cáliz.



Poema de José Corredor-Matheos, 

de su poemario “El don de la ignorancia”.


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