DEFENDERÉ LA CASA DE MI PADRE.




Defenderé 

la casa de mi padre.

Contra los lobos, 

contra la sequía, 

contra la usura, 

contra la justicia, 

defenderé 

la casa 

de mi padre.

Perderé 

los ganados, 

los huertos, 

los pinares; 

perderé 

los intereses, 

las rentas, 

los dividendos, 

pero defenderé la casa de mi padre.

Me quitarán las armas

y con las manos defenderé 

la casa de mi padre; 

me cortarán las manos 

y con los brazos defenderé 

la casa de mi padre: 

me dejarán 

sin brazos, 

sin hombros 

y sin pechos, 

y con el alma defenderé 

la casa de mi padre.

Me moriré, 

se perderá mi alma, 

se perderá mi prole, 

pero la casa de mi padre 

seguirá 

en pie.



De Harri eta Herri, Gabriel Aresti.

 

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