PROTEGIENDO A LA NÚMERO UNO.
PROTEGIENDO A LA NÚMERO UNO
Ahora que te has ido durante cinco días,
fumaré todos los cigarrillos que quiera y
donde quiera. Haré bollos y me los comeré
con mermelada y con tocino. Haré el vago. Seré
indulgente conmigo mismo. Pasearé por la playa sólo
si me apetece. Y me apetece, a solas y pensando en mis años jóvenes.
En las personas que entonces me amaron más allá de la razón.
Y en cómo yo las amé a ellas sobre todas las demás.
Excepto de una. ¡Estoy diciendo que haré todo
lo que quiera mientras estás fuera!
Pero hay una cosa que no haré.
No dormiré en nuestra cama sin ti.
No. No me apetece.
Dormiré ahí donde suelto una blasfemia si me apetece,
ahí donde duermo cuando estás fueras
y no puedo abrazarte como lo hago.
En el sofá roto de mi estudio.
Poema de Raymond Carver,
de su poemario “Donde el agua se une a otras aguas”.
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