CARTA ABIERTA Nº 1 A ALICIA JAUREGUI

Buenos días, Alicia.

Llevamos ya varios meses compartiendo esas lecturas de poemas, alguna vez tuyos, alguna vez míos, también poemas de otras plumas, de otras soledades.

Hoy quiero hacerte llegar mis sentimientos sobre uno de tus poemas, un poema sin título, un poema que no lo necesita, un poema breve, como suelen ser los tuyos, breve pero profundo.

Hablas de la distancia que separa las estrellas, o de la distancia que nos separa de ellas, o de la distancia que nos separa a nosotros mismos, a todos nosotros, a unos de otros, distancia solamente habitada por la soledad y la búsqueda.

Dibujas un mapa infinito en el que colocas a todas las estrellas; es un mapa sin límites, en el que caben todas las estrellas, distantes unas de otras.

Cada estrella con su tiempo, con su forma, con los distintos grados de brillantez, de luz, irradiando soledad desde su centro de gravedad, sin poder cubrir la distancia que le separa de los otros.

Nos muestras la distancia como un silencio largo y oscuro, con ojos que observan y buscan un más allá, unos ojos en los que amanecer.

En este recorrido, Alicia, veo la distancia que te hiere, la aceptación de la soledad y el deseo del encuentro.

En el fondo, esos son los sentimientos que atraviesan nuestra vida, y de eso habla el poeta con frecuencia, de lo que nos atenaza, lo que nos deja helados, pero también de las esperanzas que nunca mueren.

Gracias, Alicia, por hacernos ver ese paisaje de distancias y de búsquedas.

Pamplona, abril de 2022.

Isidoro Parra.