CARTA ABIERTA Nº 6 A ANA BLANDIANA.


Buenos días, Ana,


Esta mañana he leído tu segundo poemario, “El talón vulnerable”.


Del primer al segundo hay un salto enorme, en temática, en intensidad y en complejidad.


¿De dónde regresas y a dónde quieres llegar en tu poema “Regreso”?. Para mí, es un poema denso, un poema no intimista, es una mano tendida a los demás, una declaración de que tu individualidad, al estilo griego, camina a formarse en compañía de los que te rodean, es una poesía que habla de todos nosotros.


Gran dilema en tu poema “Sé que la pureza”. Ser virgen o vivir la vida, no mirar al frente o sumergirse en el lodo, cuidarse o exponerse, … en el fondo, no vivir o vivir.


He recorrido varias veces tu poema “Eclipse” y me ha dado la sensación de que estabas abriéndote una herida que quería llegar al fondo de tu cuerpo, sin prevenciones, con necesidad de gritar fuerte mientras el cuchillo avanza.


En varios de tus poemas habita una denuncia concreta, no disimulada, hacia los poderes que gobernaban vuestras vidas. Los he leído con mucho respeto y he intentando compartir esa desesperación y ese dolor, esa actitud de no aceptación que siempre debe regir nuestras vidas.


Creo que con Torquato Tasso has sido dura, muy dura. No conozco la historia a fondo, pero te preguntaría, ¿debemos ser todos héroes?, ¿dónde queda el perdón de los fuertes?.


Me ha encantado tu poema “Hasta las estrellas”. Hay denuncia y admiración al héroe, y hay poesía, mucha poesía en sus líneas.


Como tus aves, creo que todos necesitamos, en algún momento de nuestras vidas, regresar. En ocasiones es a la tierra que te vio nacer, en la que creciste, otras a las casas de tu vida, otras a tus padres que ya no están, demasiado tarde el intento.


Me gusta tu grito de libertad en el poema “Vendrá un tiempo”. Cuando uno quiere estar solo -debe hacerlo más de una vez- hay que dejarle, respetarle para que repare tejidos rotos, para que se cuestione, para que se perdone, para que construya un nuevo hogar interior, ¡para tantas cosas!


¡Qué homenaje haces en el poema “Siempre retraso” a tu linaje de dacia!, a las creencias órficas que tanto influyeron en lo que hoy seguimos siendo.


Port-Royal te aportó mucho y no está mal que lograras escapar y llegaras hasta aquí. Aquello fue terrible, pero, como bien sabes, el despotismo campa a sus anchas por muchos territorios y muchos siglos, demasiados.


Gracias por tu poesía, Ana.


Pamplona, octubre de 2021.

Isidoro Parra.


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