OTOÑO VII. Cardo cabeza seca en otoño.


“Gracias a la derrota nos situamos

De derrota en derrota somos algo.”

Mario Benedetti (Derrotas – Adioses y bienvenidas)



Podrían pasar desapercibidos; su color en esta estación es uniforme con la tierra y con el resto de plantas que les rodean, pero son testigos y herederos de otros momentos más verdes, incluso violetas, también más enhiestos, más llenos de vida.


Hoy, en medio de un gran descampado, paso a vuestro lado y os sigo viendo bellos, esperando el paso de los días, sin buscar la diferencia con lo que os rodea, fundiéndoos con el resto de hierbas y matojos hasta ofrecer una alfombra de color uniforme.


En esta estación otoñal, tu nombre se vuelve certeza frente a la incertidumbre de tu imagen en primavera. Tu cabeza es el sentido de tu presencia, el testimonio de tu fortaleza, la que abriga colores verdes y violetas en primavera, la que traslada el agua que recibes hasta tus raíces, como la madre a su descendencia no nata.


Puede que seas objeto del fuego, de la cuchilla justiciera, pero esta imagen te salva más allá de los actos de los hombres.


Si no supiera de tus defensas, me gustaría acariciarte en esta despedida, quedarme con algo del mensaje que me retiene a tus pies, como si fueras un relámpago o un fuego dormido.


Me gusta que tu belleza no sea muy útil, que estés por estar, como cuando paseo por mis escenarios más queridos respirando equilibrio y paz y veo el horizonte, el árbol o la luz y las sombras.


Hace dos años, rehuía tu visión y provocabas en mi el deseo de aplastarte, de apartarte de la vista. Así de prescindible te percibía y te vivía. Hoy formas parte de mi paisaje interior y sigo tu vida desde que naces, cuando te elevas orgulloso para decorar un ribazo o una pared, cuando, como ahora, alcanzas el silencio y la quietud que anticipa la despedida.


Así, has pasado a ser un ejemplo más a seguir para mis últimos años, una imagen a guardar para disfrazarme con ella en mi despedida.


Naturaleza, fuente de belleza.


Amillano, octubre de 2018.

Isidoro Parra.


 

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