PRIMAVERA XX. La confusión.


“Hoy resulta imposible la experiencia de lo bello”.

Byung-Chul Han (La salvación de lo bello)



Sigo paseando por las calles de Oslo, en medio de esta vorágine de grúas y de nuevos edificios espejo, brillantes, referentes del canon actual de la belleza. Son muchas las paradas que me provocan, entre los guiños de las imágenes y la curiosidad que me domina.


Metal, cristal y brillos componen un decorado donde los que viven y los que paseamos entre ellos interpretamos nuestra obra. Los que viven detrás de los cristales nos observan mientras nosotros, los caminantes, intentamos verlos a ellos, pero nuestra mirada choca con el reflejo de nuestra propia imagen o con lo que está a nuestras espaldas.


Algunas escenas me dejan atrapado entre la geometría que me ofrecen los reflejos y mi búsqueda de algo esencial.


Me he detenido algo más de tiempo, intentando buscar en esta fachada y en este reflejo algo que me diera signos de vida, un beso tan apasionado como un preludio, una riña de vecinos, un hombre regando un geranio, otro colgando la ropa lavada, un niño mirando la calle, … pero no he descubierto nada, solo confusión de líneas y colores suaves que se superponen y amalgaman para acrecentar la confusión.


Mi desconcierto es tal que me resulta difícil distinguir qué parte de lo que veo es fachada que contemplo directamente y qué parte es el reflejo que ella misma atrapa, que me devuelve.


Sinceramente, no sé si lo que contemplo es sólo confusión o el acicate para buscar otra nueva forma de belleza.


De momento sólo me atrapa durante unos minutos y me plantea preguntas sobre mi capacidad de adaptación a nuevas corrientes de expresión.


El tiempo dirá si vence mi resistencia, si me refugio en mi pasado o me vencen las nuevas formas que hasta ahora mantienen en pie mis recelos.


Siempre hay ocasiones para hacerse preguntas, para avanzar, para buscar al otro, al nuevo, al que vendrá o al que ya ha llegado.


Pamplona, mayo de 2018

Isidoro Parra.




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