PRIMAVERA XXI. ¿Construcción o destrucción?

“Lo pulido, pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual.”

Byung-Chul Han (La salvación de lo bello)

Al atardecer nos hemos acercado a la Ópera de Oslo, con la intención de contemplar la ciudad desde su tejado al atardecer que el día nos depare.

La información que disponíamos hablaba de uno de los edificios modernos más representativos e importantes de toda Escandinavia. De hecho, lo que vemos al llegar, más allá del gusto de cada uno, impacta por su volumen, su modernidad y su claridad, mucho más allá de la utilidad y la necesidad.

Recorremos, arriba y abajo, sus rampas de mármol de Carrara y vamos viendo otra perspectiva de la ciudad pero, por encima de todo, el edificio nos ofrece reflejos con los que pensar y en los que quedarnos atrapados.

De hecho, al llegar, captamos esta imagen en la que observo cómo una parte de la historia de la música noruega y del mundo, Kirsten Flagstad, contempla, muda y añorando el pasado en su silencio, lo que yo mismo estoy mirando: un entramado de líneas geométricas que cruzan una fachada de pulidos materiales, el mármol, el cristal y los metales.

Y sobre el cristal, un festival de contradicciones, la construcción y la deconstrucción, lo que se está erigiendo enfrente, a mis espaldas, y que en el reflejo parece estar cayendo como un castillo de naipes, algo que se parece al frustrado orgullo de los hombres, mientras mi testigo acepta lo que le resulta difícil de entender, como a mí.

Y entre ambos, la gente, los visitantes que salen, entran, caminan de un lado a otro, con cansancio unos, con desilusión otros, con algunas esperanzas y seguramente la mayoría con muchas preguntas pendientes de responder.

Yo me quedo con esos reflejos que contemplo junto a mi testigo del tiempo y siento lo que veo como una muestra más de la belleza que nace del silencio, de lo que surge de la construcción y de la destrucción, de la modernidad que no siempre puedo entender.

Pamplona, mayo de 2018

Isidoro Parra.